El riesgo del activo se mitiga con los presupuestos por inmueble, con el plan de negocios por inmueble a diez años, con un seguimiento de la ejecución presupuestal, con la inversión recurrente en mantenimiento y mejoramiento, con avalúos anuales, seguros y con la gestión permanente de expertos para decidir los momentos de entrada y salida de los inmuebles.